una novela totalmente ficticia...
él se levanta temprano en la mañana, cada día de su vida, gracias al entrenamiento militar que recibió durante su juventud en un país Centroamericano.
todos los días lo hace antes de que se levante el sol, los gallos o el ruido de la ciudad.
ella también lo hace, desde luego que no por inspiración propia y es que ya se acostumbró luego de más de 25 años de casados.
ella también lo hace, desde luego que no por inspiración propia y es que ya se acostumbró luego de más de 25 años de casados.
él saca religiosamente a la mascota a dar un paseo por las "limpias" y vacías calles de la zona más exclusiva de la ciudad (cabe destacar que no es la clase de limpio que se acostumbra en Noruega y que a pesar de ser exclusiva no está para nada exenta de crímenes vistos en la zona "peligrosa" de la ciudad).
ella se queda en cama, dando vueltas, tratando de seguir durmiendo, pero le es imposible, ya la despertaron y como buena defensora de la insomnia, no puede volver a pegar un ojo.
él regresa, se ducha con agua terriblemente caliente, y esto a pesar de vivir en un país tropical, donde un baño de agua caliente, además de que es un lujo, por la falta de energía eléctrica, es casi un suicidio, debido a las altas temperaturas.
ella enciende el televisor, escucha las noticias, cambia de canal y oye los comentarios de personas que al parecer saben de todo (aunque en mi opinión, saben de nada), se sorprende. otra vez cambia el canal y sintoniza a una monja que predica el evangelio, que ama al Señor Dios y que luego de 80 y tantos años se aferra a los últimos años de su vida como mejor puede.
él ha terminado de ducharse y afeitarse y secarse todo el cuerpo, se va a la sala y enciende la televisión, se entera de todo lo que ella ya está enterada y lee el periódico, todo esto con una camisilla sin mangas y su pantalón, para no ensuciar la ropa con la que va al trabajo. se desayuna su tostada con queso y mermelada de fresas y el vaso de jugo, luego su taza de café. acaricia a la mascota que lo mira con especial amor y agradecimiento y se termina de cambiar, recorre el closet dividido en dos y elige minuciosamente el vestuario del día.
ella sigue oyendo, a punto de sufrir una catarsis y con aparente júbilo, los cantos de alabanza y gozo, que le aseguran, cree ella, su lugar allá en la gloria.
él se despide con un beso seco y va al trabajo.
ella sigue tirada en la cama media hora más, luego se asea, se mima, llega la masajista, se relaja, luego se ducha, recordando las caricias que alguna vez sintió su cuerpo.
él, a media mañana, sale de la oficina, con el pretexto de una reunión y se encuentra con la otra, 40 años menor que él, ella se maquilla y se arrelga. él se siente joven con la otra, ella se siente joven con el maquillaje.
ella sale de compras, se va al grupo de oración, cuyo único requisito es tener una buena memoria y tener tantas relaciones como chismes interesantes para compartir. se entera y comparte todos los chismes actuales de la sociedad y reza el rosario por el arrepentamiento de todas esas almas, de sus amigas y no tan amigas. las almas de las protagonistas del último escándalo de la ciudad, o las madres víctimas de sus hijos alocados, que se drogan, son promiscuos, salen embarazadas, se van de la casa.
él regresa y sigue trabajando, ella sale a la calle sin rumbo fijo, un día caminando por los centros comerciales, otro visitando posibles compradores.
al mediodía se vuelven a ver, ambos con ropa deportiva, llegan cada uno por su lado al gym, con 5 minutos de diferencia, él ha bajado 30 libras de su cuerpo (15kg), ella ha bajado algo.
él luego de la extenuante rutina va a la casa, se ducha, come y se vuelve a trabajar. ella, luego de una interesante rutina, llega 5 minutos después y hace lo mismo.
la tarde transcurre igual que la mañana, ella se va al salón de belleza, él se ve con la segunda otra, un poco mayor que la otra y ya con familia incluida en el paquete, le compra mimos y cariñitos, le saca fotos, la lleva a sitios de diversión vespertina y nadie se da cuenta (o no quieren darse cuenta).
en la noche ella lo espera temprano, él llega, se saludan con le mismo beso seco y cenan. conversan brevemente de los eventos del día. él se entera de algunos chismes, ella se entera que él ha tenido el mismo día, tranquilo y sin sobresaltos.
ella es feliz, él también. juntos viven, una novela totalmente ficticia...